martes, 8 de mayo de 2012

INTRODUCCIÓN, AGRADECIMIENTOS Y DECLARACIÓN DE COPYRIGHT

Tiraba uno la moneda a la fuente de hierro y, por un breve instante, aquélla se transformaba en un pez. Aleteando sus cantos de plata, zigzagueaba la monedilla en el estanque, hasta transmutarse en un noble deseo infantil. Eso hacíamos las tardes de verano, cuando veníamos o íbamos a jugar al fútbol, en el campo detrás de la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles. 

Ahora, cuando han transcurrido varias décadas de aquellas tardes imborrables, me pregunto cómo teníamos plata para tirarla en el estanque, porque, fuera de esa permuta, para nosotros, cada cinco era un tesoro que perseguir, un cielo por alcanzar, para comprar un dulce o ir al cine. Seguramente era porque los deseos formaban parte esencial de nuestra  “canasta básica” infantil. Por eso la monedita, que a veces caía en algún plato de hierro o rebotaba en la cabeza de un delfín de la fuente centenaria, constituía una inversión y no un gasto. 

Justo en el centro del parquecito de la Basílica, siempre nos recibía, cantarina y rebosante de agua, aquella fuente de los deseos. Una fuente que nunca tuvo nombre (quizás porque no lo necesitaba o porque no acostumbramos poner nombre al “arte plebeyo”), y que gracias a los senderos que hemos transitado para conocer su origen, me he atrevido a llamar la FUENTE DE LOS DELFINES. No quiero decir que este fuera su nombre original. Pero dicho nombre, propuesto para esta investigación, obedece a dos razones. La primera, de orden práctico: simplemente para diferenciarla aquí de otras  “hermanas”, “primas” y ”parientes” en nuestro país (curiosamente, carentes de nombre también). La segunda razón es académica: en un libro del año 1868, publicado por la casa fabricante de la fuente, se indica que el ornamento central de ésta lo constituyen unos delfines entrelazados, y se denomina a la fuente-ejemplo, como “Fuente de Delfines” (Dolphins Fountain) 1.

En aquel entonces --y hasta hace muy poco también-- ignorábamos su procedencia, edad, fabricante, motivo y significado. Y creíamos que siempre estuvo allí, desde la noche de los tiempos, como cualquier otro adorno del parque, como un poste de luz, como una banca, como la Basílica misma. Y no podíamos sospechar que aquella fuentecita tan solitaria haya tenido  dos “hermanas” en nuestra misma ciudad, y hasta “primas” lejanas en otras provincias de Costa Rica, y muchas “parientes” en varios rincones del mundo. 

Ciertamente, no simbolizó nuestra fuentecita --ni sus hermanas tampoco-- un hito de guerra, un memorial de grandes proporciones, el recuerdo de un jubileo.  Anónima, callada, solitaria, pero en ningún modo humilde o de género menor, la Fuente de Los Delfines constituye un símbolo vivo de resistencia pero también de fortuna. 

Sin llegar a encarnar el esplendor de otras fuentes antiguas en otras latitudes, la Fuente de los Delfines guarda un porte altivo, ceremonioso, respetable, muy acorde con el aire señorial del viejo Cartago, y sobre todo, en consonancia, con su ilustre origen.

Don Mario Sancho Jiménez opinaba que “su hechura no fue anotada en las historias del arte ni rebasó los términos del anonimato industrial. 2  Ahora, cuando sabemos acerca de ella mucho más que lo que supo don Mario, disentimos de su visión, porque su hechura sí fue anotada en las historias del arte, y aunque ha estado por más de un siglo inmersa en el anonimato industrial, nos propusimos que dicho olvido no fuera eterno.  

En el curso de esta investigación, aprendimos que esa “sencilla fuentecita”, es una hija olvidada  de la Época Victoriana y de la Revolución Industrial, y un símbolo del auge del hierro como motor de la prosperidad en el siglo XIX e inicios del XX. Supimos también que en la mente preclara de don Juanito Mora germinó un proyecto de salud pública que indirectamente posibilitaría el arribo de estas fuentes a nuestro país, y que el general Tomás Guardia fue un entusiasta mecenas de algunas de estas valiosas obras. Pero el hallazgo más significativo de la investigación es que la Fuente de los Delfines constituye un milagro vivo, por haber soportado estoicamente el embate cruel de la naturaleza, la indiferencia, y  la ruindad del abandono. 

En sus 140 años de vida en Cartago, ha experimentado luces y sombras: traslados diversos, el destierro en infames bodegas porque  “estorbaba” las corridas de toros, modificaciones caprichosas y grotescas a su estampa original. Puesta por acá y por allá, a la espera de todo y a la espera de nada, como un mueble antiguo que nadie quiere tirar, pero tampoco cuidar, la Fuente de los Delfines sorteó todas esas vicisitudes seculares, y hoy luce serena, envejecida y con malogradas cirugías; pero no marchita, dispuesta a enfrentar otro siglo, a la espera de que se reconozca, al fin, que es una dama de abolengo. Y a la espera también de recuperar el noble sentido que le dimos los ciudadanos: ser una fuente de los deseos. Pero para ello ocupa del agua, y hoy, desgraciadamente, luce seca, y mendicante del preciado líquido. Por esa razón la gente la mira como una escultura, que pocos se detienen a contemplar. Tanto así que he mostrado fotos de ella a decenas de personas en Cartago, y solo algunos la reconocen. Cuando recupere el agua, y de las narices de sus delfines broten chorros del preciado líquido; cuando los niños  vuelvan a trocar las monedas por los deseos, y la fuente se convierta en motivo de orgullo para los cartagineses, solo en ese momento, estaremos en paz con ella. 

El lector experto o el investigador habitual advertirá que este trabajo carece --en parte-- de la rigurosidad científica que imprime a su obra el historiador avezado. Ello tiene una sola explicación: no poseo formación académica en el campo de la historia; pero dicha insuficiencia no impide --que yo sepa-- la posibilidad de que un “civil” divulgue hallazgos históricos. Tal carencia la pretendo suplir --también en parte-- con una ferviente devoción por la Historia, y por el amor al pasado de mi ciudad. Soy consciente de que para muchos, ello no bastará. El riesgo de la aventura, empero, bien vale la pena. 

El historiador avezado penetra cualquier túnel oscuro de la historia portando su caja de herramientas habituales; yo, que no lo soy, igual intentaré acceder a este túnel, provisto únicamente de la luz de la cautela. Seré cauteloso, en todas las faces de este trabajo, y lo primero que declaro es que procuraré no llenar agujeros basándome en presunciones o en aquello que parece obvio. Cuando disponga de una  fuente documental confiable, echaré mano de ella, y así lo declararé. Si no fuera así, me limitaré a señalar solo los hechos evidentes, para que alguien más capaz o con mayores conocimientos, se encargue, luego, de llenar aquellos vacíos. No significa esto que la investigación carezca de adverbios de duda. Seguramente los utilizaré, pero con cautela. 

Es oportuno aclarar que la investigación no se refiere solamente a la Fuente de los Delfines de Cartago, sino al conjunto de fuentes victorianas que se instalaron en nuestro país, en la década de 1870. De manera conexa, la investigación tiene que referirse, necesariamente, a la historia de las primeras cañerías en las provincias centrales de Costa Rica. 

La investigacion consta de varias etapas. Cada una de ellas, contendrá texto (varias entradas) y abundante material multimedia, así como enlaces a otras páginas y sitios de interés relacionados. El texto final de de la investigación, en consecuencia, tomará mucho tiempo para completarse. Es por este motivo que preferí publicar, poco a poco, el avance de la investigación, en un blog. Decidí utilizar esta tecnología, porque ofrece mucha más flexibilidad que una página web, para el manejo y exposición de la información. Otra ventaja de un blog es que no requiere dominio de códigos, programas externos, o lenguajes de programación (Java, html, etc).  La idea es no perder tiempo, y concentrarme en el trabajo prioritario de la investigación, pudiendo, al instante, subir las publicaciones, con resultados inmediatos. Internet dispone de otros recursos como revistas y libros electrónicos, cuyos formatos pude haber adoptado; pero me parecen rígidos, para el propósito de este trabajo. 

Como no todo es perfecto, el blog tiene una desventaja, y es que por tratarse de una bitácora, los contenidos siempre se muestran ordenados cronológicamente, según se escriban y publiquen. Esto significa que el contenido que vemos de primero al entrar en el blog es el más reciente y no el primero que se escribió (por ejemplo la introducción del trabajo). Si el lector desea leer la investigación en orden, solamente debe buscar, en el menú de entradas en el panel de la derecha, aquella con la fecha más antigua, y seguir leyendo el blog en ese mismo orden, hasta llegar a la entrada más reciente. Nada que no pueda hacer la inmensa mayoría de internautas. 

Como el desarrollo --escritura-- de este trabajo, podría tomar mucho tiempo, decidí publicar de una vez una SÍNTESIS de los hallazgos que tenemos a la fecha. Dicho resumen constituye el corazón de la investigación. El lector que únicamente quiera enterarse rápidamente de los alcances de este trabajo, le bastará con leer dicha síntesis, y ya conocerá el final del viaje. No tendrá necesidad alguna de regresar más al blog, si así lo cree oportuno. En esencia, ya sabrá todo. Por el contrario, el lector que quiera emprender el viaje completo, volverá al blog una y otra vez, para leer las entradas sucesivas, en las cuales se desarrollarán todos los temas mencionados en la SÍNTESIS, que será  incluida en la segunda entrada del blog. A medida que avance en la investigación y publique nuevas entradas, así lo informaré a los lectores, que quieran honrarme con su visita. 


AGRADECIMIENTOS
  • A los señores Ana Isabel Herrera S., Sonia Gómez Vargas, Carlos Oreamuno Toledo,  Fernando Loaiza G., Luis Fernando Campos Vargas, Oscar Guevara Salazar, Javier Coto Hernández, Victoria Leiva,  Rogelio Coto Alfaro y Braulio Vega Guzmán.
  • Al historiador Guillermo Brenes Tencio, por el apoyo, consejo y orientación inestimables.
  • A doña Lilliana Quirós y al arquitecto Luis Fernando Aronne, de la Oficina Ejecutora del Programa de Inversiones (OEPI), de la Universidad de Costa Rica.
  • Al periodista e investigador Herediano, Eduardo (Edú) Sánchez, por facilitarme su investigación inédita acerca de la Historia del acueducto y electricidad en Heredia.
  • A los miembros de los grupos de Facebook: Remiscencias de Cartago,  Qué Recuerdos Aquéllos, y Cartago Antiguo.
  • A la arquitecta argentina Lucía Juárez, experta en estructuras de hierro escocesas en Argentina. Al investigador inglés Andy Savage, experto en la vida y obra de Andrew Handyside.  A John Powell, bibiotecario y director de información de The Ironbridge Gorge Museum Trust, Coalbrookdale, Shropshire, Inglaterra.  A la experta restauradora española Ana Moraleda, quien restauró las fuentes de la ciudad de Alajuela. A todos ellos mi agradecimiento sincero por su valiosa información y apoyo.
  • A Juan Manuel Orozco Carvajal, artista y diseñador gráfico del blog.
  • Finalmente, a todas aquellas personas que abordan la lectura de esta investigación, convencidas y respetuosas de que no solo de pan vive el hombre...


DECLARACIÓN DE COPYRIGHT 
  
'Fuente de los Delfines' es un blog orientado a expresar los hallazgos de la investigación de su autor, para compartirlos a todos los lectores, en Costa Rica y en cualquier parte del mundo.

El material de terceros que se publique en este blog es propiedad de cada uno de sus autores y dueños, y solo se utiliza acá con un propósito académico, nunca comercial. En la medida de lo posible, siempre indicaré la procedencia o el autor de cualquier material utilizado. No se publicará en este blog ningún material que expresamente tenga prohibición de uso, o que el autor del blog sospeche como de publicación restringida. Sin embargo, cuando lo amerite, podré remitir a sitios externos donde se encuentra dicho material, para ser visto.

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Dudas o consultas, pueden dirigirlas a:


Sergio Orozco Abarca
sergiorozco@gmail.com
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Braulio Vega-Pintura-Plaza Mayor Cartago by Reyleomessi
 "Un día de mercado en la Antigua Plaza Principal de Cartago" (siglo XIX). 
Se aprecia, en el centro de la Plaza, la Fuente de los Leones (desaparecida).
Imagen publicada con autorización del pintor de la obra, BRAULIO VEGA GUZMÁN.




LEER LA SIGUIENTE ENTRADA DEL BLOG



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1. Handyside & Co (1868). Works in Iron. Derby and London: Brittania Iron Works. p. 98. 
2. Sancho Jiménez, M. (1933). Las fontanas de Cartago. Repertorio Americano, 26 (7) p. 100

7 comentarios:

  1. Soy Cartaga y hace más de 20 años vivo en Heredia. Me trasladé aquí con tan sólo 7 años de edad y a penas vi la foto reconocí la fuente y por eso leí el artículo. Muchas gracias por compartir esta información. Sin duda tiré monedas en esa fuente siendo una niña. Los recuerdos que guardo son maravillosos y sus esfuerzos por difundir esta información y por darle el lugar que merece un monumento histórico llevarán a buen puerto.

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  2. Hola Global Kids... le agradezco profundamente por haberse tomado el tiempo de leer la investigación. La nostalgia nace en la infancia y por eso nunca nos abandona... El objetivo primordial de este trabajo es que la fuente sea declarada Patrimonio y se proteja, como merece, para las futuras generaciones. Muchas gracias de nuevo!

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  3. Buenos Dias don Sergio, ayer estuve en la charla que nos ofreció en Heredia y salí muy contenta por toda la información tan valiosa que nos regaló. Ahora estoy interesada en seguir su blog y conocer más sobre estas maravillas que, lastimosamente, no valoramos como se debiera. Gracias por su aporte. Yo también tengo un blog y lo invito para que me visite cuando desee. Muchas gracias por su trabajo. Mamá también la disfrutó mucho, ella es la señora que lo saludó al final(Ana María Rojas, de Cartago también ). Saludos y muchos éxitos en su trabajo

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    1. Estimada Ana... me encanta el nombre de su blog. Es el título perfecto de su libro. Le agradezco mucho sus palabras y por haber asistido a la charla. Comparto 100% todo lo que usted piensa y siente con respecto a la cultura. Por favor escríbame a sergiorozco@gmail.com pues deseo hacerle una breve consulta a su mamá. Saludos cordiales y especiales para Ud. su mamá y toda su familia. PD: me gustó mucho el tema de la "mermelada de naranja" seguiré leyendo su blog. Se lo aseguro!

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  4. Gracias por visitar mi blog y por sus palabras, Estaremos en contacto ¡¡¡

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  5. Ngöbe y Buglés: pueblos milenarios a quienes les arrebatan su Historia...

    Lo invito a leer mi nueva entrada en mi blog "El sentir de Ana"

    Enlace:
    http://elsentirdeana.blogspot.com/

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  6. ¡qué buena idea hacer este trabajo de las fuentes victorianas!, no tenía idea de que por objetos que a veces pasan inadvertidos se pueda hacer un trabajo de tanto valor, muchas gracias

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